Para muchos la sustentabilidad puede ser una moda. Lo cierto es que cada vez se habla más de lo sustentable o sostenible en distintos ámbitos y espacios, incluso en el mundo de los negocios. Podemos decir que no hay vuelta atrás, la sustentabilidad es un paradigma que llegó para quedarse.

En los ’80, las Naciones Unidas acuñaron este concepto para referirse al desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.

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Hoy, muchas empresas comenzaron a darse cuenta de los beneficios económicos, sociales y ambientales de una forma más sustentable de hacer negocios. Hay valiosas experiencias que demuestran que se puede ganar dinero sin comprometer el bienestar de nuestro entorno.

Resulta importante entender que es posible y correcto que la responsabilidad con el medio ambiente y la inversión social estén unidos a la razón de ser de una compañía. Un modelo de negocio rentable, también puede ser amigable con el medio ambiente. Sólo es cuestión de plantearlo de esta manera en la estrategia general de la compañía para que, en consecuencia, todas las áreas de la organización se alineen a dicho objetivo.

Ahora, ¿cómo puede aplicarse este concepto a nuestras propias iniciativas comerciales? Te compartimos algunas pautas para empezar a crear emprendimientos ambientalmente amigables.

  1. Revisá tu plan de negocios para identificar las ventanas de oportunidad y las estrategias con las que cuentas para perseguir tus objetivos de sustentabilidad. Investigá, consultá y compartí la información sobre la temática.

 

  1. Reducí al máximo posible la generación de residuos sólidos. Separá los residuos que son generados en tus procesos y vendelos para reciclaje. Con esta iniciativa también contribuís a una buena causa.

 

  1. De igual manera, con el consumo de energía por medio de tecnologías y prácticas apropiadas. Por ejemplo, elegí luces led para tu local.

 

  1. Buscá proveedores y aliados ecológicos y éticos. Que toda la cadena de valor tenga coherencia. Así como las personas dentro de la empresa realizan prácticas ecológicas, tus proveedores también deben tener esta responsabilidad. Hoy existe mucha información disponible y empresas que ya comercializan productos verdes y éticos.

 

  1. Promové la reducción en el uso de insumos que puedan ser sustituidos por procesos más eficientes.

 

  1. No emplees el término “sustentable” o sus derivados, si tus acciones no están en el camino correcto hacia la sustentabilidad ya que podés perder credibilidad y con ello a los clientes que se encuentran bien informados al respecto.

 

  1. No basta con pintar de verde los productos y las instalaciones de tu local, mejor, llevá a cabo acciones concretas que disminuyan tus impactos al ambiente.

 

  1. Las personas son las mejores fuentes de oportunidades. Por eso, buscá crear valor para las personas que están a tu alrededor. Con eje en la propia voz, empoderá y conectá a los demás.

Recordá siempre que la sustentabilidad es un camino, no una meta.