La vidriera es el primer canal físico de comunicación entre la marca y los clientes. Es una herramienta de marketing para el local y determina el 70% de los ingresos y hasta el 20% de las ventas.vidriera exitosa1

Una vidriera efectiva es aquella que está planificada estratégicamente, aprovechando cada posibilidad que brinda este espacio tan fundamental para atraer clientes.

Para armar una buena vidriera no necesariamente hacen falta grandes despliegues ni mucha inversión. Una vidriera puede ser exitosa simplemente siguiendo analítica y estratégicamente los pasos a continuación.

Delimitar qué mensaje querés transmitir

La vidriera debe estar siempre alineada con la identidad de marca. El primer paso para planificar tu vidriera es definir qué es lo que vas a comunicar y de qué manera, adaptando el mensaje a todo aquello que define tu marca y la hace diferente del resto. Por ejemplo, si querés comunicar una liquidación de temporada o un lanzamiento de producto debés hacerlo con el estilo de tu marca, contándole algo acerca de este evento al cliente. Hacete preguntas como: ¿Cuál es el diferencial que ofrecen los productos que voy a mostrar?, ¿Por qué deberían mis clientes aprovechar los descuentos? o ¿Qué es lo que se viene esta temporada? Los clientes no siempre ingresan a un local movidos por una necesidad de compra, por eso el objetivo de la vidriera es atraer las miradas y apelar al deseo. Les vas a contar algo en la vidriera, y el relato seguirá al interior del local.

Definir el punto focal

Luego de establecer el tema de la vidriera, debés elegir un punto estratégico que delimite la trayectoria o recorrido visual que vas a proponer. Este punto es muy importante, porque va a ser el lugar donde se fije la vista del transeunte. Para que funcione, la vidriera debe ser equilibrada (este punto debe destacarse fácilmente), estar bien iluminada y tener ritmo, es decir, debe haber coherencia en los productos exhibidos en base al punto focal, por ejemplo, a partir de la repetición cromática. La correcta distribución dentro de la vidriera, hará que este punto atrape las miradas. Puede ser un maniquí vistiendo prendas atractivas, estratégicamente seleccionadas; un objeto; un cartel. Sea lo que elijas según lo que estés comunicando, recordá que será el primer contacto visual y el inicio del recorrido, por lo que debe ser atractivo e impactante.

Apelar a la composición, el buen gusto y el orden

Menos es más. La vidriera es solo una instancia dentro del recorrido del local. Al ser la primera, debés dosificar la información que vas a brindar para no abrumar al cliente. Confiá en que tendrás otras instancias para poder mostrarle todo al cliente, pero debés ir de a poco. En este primer paso es válido generar intriga, asombro, entusiasmo y, por sobre todas las cosas, deseo. Tu vidriera debe estar compuesta contando algo más grande, un mensaje que excede lo que mostrás. Debe darle una sensación agradable a los clientes mediante una buena combinación de colores, productos y objetos que la embellezcan. No le tengas miedo al minimalismo, un buen mensaje no necesita muchos elementos para ser contado, solo basta con una buena dosis de creatividad y estilo. Procurá que la vidriera siempre esté impecable, es tu carta de presentación en tu punto de venta.